Cotoperí

Hay personas extraordinarias, hacen reír, hacen llorar. Caminas en la cera, a dos pasos de un charco de agua empozada y minuciosamente posas tus pies en el espacio que milagroso sale de la nada, otorgado por el universo, subes la cara y tus ojos saltan de rostro en rostro, hora pico y todos en sentido contrario a tu camino, caras largas y apagadas. Hay personas yoistas, de las que pasan el rato enalteciéndose así mismas por cualquier hazaña cotidiana, ordinaria, nimia. Hablas con ellos y tus ojos se abren mucho, se abren porque no te dan tiempo para hablar, suspiras y haces el ademán de integrarte en la conversación, inmersos en si mismos y la mano dándoles vueltas a mil cosas, van en círculos y no terminan de hablar, hablan y escuchas, hablan y hablan.


Personas angelas, chielos chiquitos con aureolas brillantes de tono purpura
bautizadas bajo un mercurio retrogrado y el fulgor delata virgo
entonces persona angela modesta persona petulante y soberbia
 habla y te escudriña
 corrige de mala manera y es analítica
 profundo pensador de ideas sabias y concretas
criterio definido y un tono de voz alto para sonar determinante
 Hiere porque juzga
y me aparto porque no edifica, me destruye.

Hombres y mujeres hamaca, a la buena del viento van de allá para acá y desconocen
 critican y escogen por conveniencia
un color brillante porque lo que brilla es oro
 textura suave porque me cubro en plata y un mono con platos haciendo malabares dentro de sus cabezas
 entonces sí sí para la abducción  y no no no porque eso es malo
 pero agarra que te conviene
tenlo por si a caso, las moscas, el ojo

Reímos, subimos las escaleras quedándonos sin aire en los últimos peldaños
 reímos entre suspiros que dramáticamente separan la vida de la muerte
 sorprendente me miras y siento que me disparas
 me disipo y me vuelvo una con el aire
me respiras y estoy dentro de ti
 dentro de él
caballeros, señoritas,
estoy dentro de esto, una piedra amarilla de paredes frías, al tacto suaves y de apariencia ligera
 la voz que se alza con miedo de molestar tu cabeza,
ay mi Dios ayúdame con tu cabeza,
 pesa, pesa,
con apoyo de la fricción entro en tu cabeza y me gusta el sabor, el olor, el color,
hay playas, ríos y lagos, piscinas, sirenas y violencia, te das cuenta de mi presencia y salgo,
 jaquecas.

Personas como Adamas Mercurio, una mezcla absurda entre febrero, marzo y este abril y mi mayo, viene mayo. Entras y giro, me giras, me sostienes y voy en curvas, me miras y te miro, nos sentimos y estamos, sucedemos y sigo, cedes y te apartas, te vas una semana y vuelves, yo mártir de como me tocas, la piel debajo de tus brazos, de mi boca cerca de la tuya y entonces, así, lamentablemente es viernes, mujeres, mis mujeres, cuartos y mujeres, jugando, entran se frotan entre si y entonces soy la favorita, su favorita y mi favorita pero no tu favorita, me besa, se va y son muchas mujeres queriéndose en un cuarto y hay hombres, hombres que nadan en una piscina de alcohol e incitan a olvidar, ''ay tu deberías dejar de asociar la música con lo que pasó el año pasado, todas esas personas'' entonces soy yo reprendiéndome, besándome y buscando las llaves, yéndome.

Yoistas y hamacas conviven juntos en un auto en la madrugada, paso a tu lado en lo condicional del espacio, lo relativo del tiempo y sin darte cuenta, incluso ahora que no quieres (a veces si quieres) hicimos el amor y te reíste porque me asusté, flagelos bioluminiscentes salen a través de mi boca y soy tuya de nuevo, devota, abnegada a tu encuentro en falda voy recorriendo la ciudad. Esto es días que pasan y me muero en 17 horas pensando que no debería importarme, que me entrego a lo que dicen y voy sin calma, con prisa, me entrego envuelta en papel de regalo, recibida, archivada.

Soy de este canvas absurdo de mala empacadura que daña, un pincel de pelos podridos que pinta tonos más oscuros, claros, cabellos cortos y ojos sumergidos en peceras de ojeras, sonrisa falsa y quisiera que esto no fuera de esta manera, Celina, Oh Celina, quisiera que esto no fuera de esta manera, herirte es herirme porque esta canción es inaudible, su voz es remota, manos ajenas que apartan y puedes insistir en esto, presionar y desdoblar los pantalones Celina, nosotros cedemos y limitamos, abrimos los ojos y nos alejamos, semanas y días y este dolor que se manifiesta con tanta ansiedad, con un desespero inminente, no se quita, no se aparta, es nuestro karma de cuatro Celina, todos estamos pagando en esta vida, este planeta, esta dimensión azul.

Espero en falda, vestidos de colores y pequeños animalitos que habitan en petalos de flores, a que llegue mi persona favorita, que se ria de las hormigas y el azúcar, que la sangre le sepa a cables y disfrute de esto, de lo que llevo en mis manos: canciones para tardes amenas, historias de personas yoistas, hamacas y Adamas, Angelas y Peteres, historias mías en sus vidas, huidas y cómo me retracto, besos y saliva un domingo bajo la penumbra de las 6 de la tarde y las luces apagadas. Lo quiero, quiero sumergirme en lo profundo de las alas cóncavas del negro universo y nadar en lagunas, oscuras lagunas donde soy lo único con vida y algas negras y verdes pasan por mis piernas y todo esta bien, esta ciudad esta bien, mi gente y los cuerpos van bien, este espacio en tu cama esta bien, que no me des la mano va con la marea, fluye y avanzamos, nos abrimos paso al porvenir de este deseo que se desarrolla a medida que me hundes en la tierra, me embistes y me complaces, me ignoras y mesuro mi amor, la espera, la paciencia, ser inconforme.


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