Capuchinos
Yo que pensaba que esto del juego era la cosa más fácil del mundo,
arrojar los dados no tan cerca, un par de saltos, dos shots y sacan las cartas,
del 1 al 6 y del 7 al 13, par, impar, lengua, besos, su risa, la de Jenna, la
de todas sus mujeres. Me parecen exquisitas, el cabello cayendo en sus cuellos,
la mirada de recato, la posición discreta y aun el suéter, con tanto calor. No
me roban el aliento, siguen bailando y poco a poco se quitan la ropa, se ríen
mientras con una mano tapan sus dientes, son tan lindas tus mujeres, inseguras
y rotas, con curitas en las muñecas y cacareando cual gallinas, vanagloriándose
por todo aquello que a medias pudieron lograr, por quienes hicieron sentir mal
y por alimentar su yoismo, empty canvas.
El martes me
insinué, muy por debajo me oferté, presentándome tras una propuesta fácil.
Cuarto en medio de la sala, sillas de forros azul rey y una luz amarilla, ellas
en lo suyo y tu sobrio, insistiendo en que no deberíamos estar ahí, así que te
sientas en el sillón y te entretiene el teléfono, frunces el ceño y te hace
reír, te hace reír mucho más que yo, cubriendo tus ojos con mis manos y contándote
un par de chistes. Piratas y pastillas, un parche en el ojo y me río mientras
me desabotono la camisa, insistes en que ellos están del otro lado, que pueden
escuchar. Te echas hacia atrás, con tus brazos en los espaldares de la silla y
me muevo, la cintura sigue el I've
got a boyfriend now and he's made of gold and you've got your own mistakes in a
bed at home y sonrío para ti,
porque te veo y me encantas, te veo y me gustas, señalo el cierre del Levi's
del otro día y tus ojos parecen apagarse, te pones de pie y sugieres que es
hora de irse. Ropa al cuerpo, zapatos, llaves, el baño y la vaga despedida,
incomodo silencio al bajar las escaleras, de vuelta a casa, rechazada.
Miércoles en la
mañana, me jacto de ti, de tu color de piel y lo suave, lo blanco del ojo.
Espero para ir a tu encuentro pero no te ofreces, no me buscas, no me pides
para bajar de aquí e ir hacia allá, donde de nuevo estas sentado y yo bailando, Haunting, botones sueltos, bye
bye Levi's y otra vez tus ojos no me ven, dan hacia el techo donde figuras de
cera giran a medida que el viento entra, da una vuelta, circula, nos toca y se
va, sigues ahí, cuando solíamos estar uno al lado del otro, en dos lugares a la
vez, nuestros cuerpos allá y nosotros aquí, haciéndolo en desfase, las piernas
sujetas con fuerza, temblando, cediendo, entrando en secuencia, la piel
reaccionando a tus estímulos para darle paso a esta condena, una melodía
sempiterna and I've tried to
wash you away but you just won't leave.
Lo bueno de los
jueves es que pueden no acabarse, el café sin leche por la mañana, la sonrisa
de optimismo, porque si, porque mañana es viernes. Reíamos a mitad del beso,
donde sin yo pedirlo me buscabas, te soltabas, manos temblando y saludabas, el
beso de reptil, repetitivo, no hay pajaritos en la ventana, las fodecitas o
forecitas crecen sin que les eches agua y los barcos surcan los cielos, van
entre las nubes creando formas, yo las dibujo en mi mente, luego de verlas por
horas, de cerrar los ojos muy fuerte. De nuevo el castigo, la mano que se
resbala de la tuya, el choque de cuerpos porque no encajan en sus moldes, arena
del cielo, dulce y con escarcha, cae en mis manos junto al desprecio, de un
cuerpo que se lanza sobre otro y quiere amor, un poquito de amor, irrevocable,
anafase, telofase, se da por perdido.
Debería suponerse
que un viernes por la tarde y un poco de azúcar en el té darían resultado,
rubor, labial purpura y perfume, los ojos se invaden de una genuina alegría,
porque sé y doy por sentado que me escribirás, una cartica corta con sobre
verde donde me preguntas, porque soy una mujer, deberías proponerte, que si me
gustaría ir, que a pesar de todo estas para mí y que sabes que yo diré que si
porque es todo lo que quiero, sin importar lo rústico o lo seco, lo lejano, lo muerto,
no lo veo, no veo nada que siendo lo que es, sin más ni nada, no me guste, todo
me encanta, me atrae, me hace querer poner mis dedos e investigar, apretar
botones y suponer funciones, un cable rojo sobre amarillo y generaríamos tanta
energía. Entonces es viernes my love, you
put a fever inside me and I've been cold since you left y ya a esta hora, tan tarde, mis
sentimientos han perecido, o están en algún tipo de reposo donde permanecen
estáticos, no cambian por ti y tu aroma, tu sabor, cómo pospones, dejas a un
lado, supones, me vas disipando.
Años siéndote
devota, ignorando sus palabras y deseándote, pensando en el baile erótico bajo
las luces amarillas, como si estuviéramos dentro de un ámbar y me miras,
áurea, desnuda bailo sobre ti y los dedos se mueven al ritmo, my poor
heart aches, para dar paso a
la cuenta final, una semana donde aquello de tanto tiempo se hunde, donde me
haces sentir lo que ningún hombre o mujer ha logrado, adrede o sin intención,
feeling so unloved baby, so unloved. Pensar que podría estar en otros brazos,
que tras una grata bienvenida no me dejen ir, aprietan tan fuerte que pierdo la
libertad. Me siento en mi cuerpo y me apena la situación, el llanto sin
consuelo, las noches sin sueño, el sobreanálisis de tus sentimientos. Entonces
con bigotes otras bocas me sonríen, los muslos van de un sitio a otro
acomodando las faldas y entonces, cuerpos y almas se dedican a ofrecer su
contenido, libros abiertos, anécdotas, vino, copas de vino y música, and if you wanna go to heaven you
should fuck me tonight pero
no, no es la forma de proceder y la piel lo sabe, se endurece y se niega, no
cede.
Si quiero tus
brazos no soy libertad, no soy más que un individuo corriente que en la mañana
transita las calles esta ciudad, donde todos se van, donde nada queda, justo
donde salimos a pasear y el polvo, el hedor y la penuria mueve mis faldas para
hacerme buscarte, hallarte, encontrarte, entregarme, no tenerte más, dejarlo
ir. Las canciones de fondo decoran la huida y ellos dicen que me aman, que
están enamorados de mis cualidades cognitivas, del olor, de las ideas y de los
vasos sanguíneos en el ojo, pero yo no, yo no siento nada, un manojo de maleza
que seca cae de mis manos, cada pedacito va a dar a tu rostro que sin inmutarse
se aleja luego de la despedida, porque me llené de valor y lo dije, con la
disposición en la voz y el coraje en el pecho, quemando, siendo una sentencia que no quiero dictar, no quiero aceptar, me voy, me fui, porque
te quiero pero no me muero por nadie, te espero, aunque estés ocupado, aunque
no llame tu atención lo suficiente, aunque estés aquí ahora.
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