Jordana

DOCE Te veía subir todas las mañanas y un día lo intentaste; quizás era necesario unir mas que el espacio para poder coincidir, para evitar que otra mariposa negra naciera luego de que escupes en mi cara una mentira, como que te gusta, como que te quieres quedar. 

En las mañanas me hablas de la vida como si fuera tan fácil para ti, como si no te equivocaras, y te la pasas corrigiendo de mala manera, con tanta modestia, como si no tuvieras tanto por aprender, como ella, como yo, como todos; y es inaudita, la manera en que te veo: confías en ti, luces tan juiciosa, prudente, y eres muy critica; miras de arriba abajo, te fijas en detalles que para otros ojos pasan desapercibidos, como una mancha en el cuello de un cardigan vino tinto, o las trenzas en los zapatos que no corresponden. Entonces mencionas a autores que desconoces, y los citas de mala manera, para sentarte a presumir del buen sexo que conoces, de música que como nosotros cantas, y de los invernaderos que posees fuera de la ciudad. 



TRECE A veces me da mucho miedo que me pasen cosas buenas, como llegar a la parada , ver que el bus no ha salido y que solo falto yo para que pueda arrancar, ir a comprar algo y que lo que quede sea justo lo que estoy buscando, como la galleta que me gusta, o el pedazo de torta en que estuve pensando, recordar a alguien y encontrármelo, o que en el día todos los planes ocurran tal cual como los coordine mentalmente. Me da pánico que me den buenas noticias, como una excelente oferta de empleo, un viaje próximo, o la oportunidad de participar en un evento enriquecedor. Me asusta, que las cosas marchen correctamente, que todo vaya viento en popa y me sienta plena con el universo, como tener todas las responsabilidades y compromisos bajo control, ninguna tarea pendiente, ningún recado por hacer, nada con que cumplir (de lo contrario estoy como: ''¿qué es lo que estoy olvidando?'').
Esto pasa porque sé que luego de algo bueno viene algo malo, que me encuentro en deuda con el mundo y su geometría extraña, la forma en que gira y funciona, como si la deuda se pagara en un mercado negro, un espacio paralelo al cual hay que ir a quedar en bancarrota por los ratos amenos, las palabras esperadas, lo que yo quería. Y es enfermo vivir así, a sabiendas de que al recordar el hecho de este ''mercado de cosas buenas y malas'', espero que venga lo malo para abrirle las puertas a lo bueno, o que lo que tanto quise  que pasara, sucede, y entonces me agazapo, me convierto en una partícula de polvo acojonada en algún rincón donde no pega el sol, y espero a que lo malo ocurra. Lo peor es que creo en esto como si fuera una especie de forma en que se rigen mis días, un ''modus vivendi'' y le obedezco; otra porquería.

                             si las forma en que te miro se documentara,
   estoy segura que conocedores del tema hablarían sobre estrellas

             porque de mis ojos cae sangre, sangre de despedida, sangre irrevocable
  de la cual nacen flores, orquídeas, calas y jades
           y me acuesto sobre ascuas
                    mientras espero que sea de noche para irte a visitar
       ella te mira de lejos pero yo espero, así pasen muchos meses mi cielo, yo espero
    girar, y el infierno (que cautiva, deleita) se vuelve a avivar 




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