Esas mujeres tan bellas.

Debieron haberme dicho que todo seria un fiasco, así probablemente me iba a donde las morochas y me servia otro poco de vodka, tu sabes, para pensar en ti sin tener que arrepentirme mientras tanto. Ya van ocho días sin verte, 7 lunas sin llamarte, y probablemente una infinidad de espacio que sera imposible ocupar. Al principio me hallaba iracunda ya que poco parecía importarte, ella sabe, buscarme como antes, llamarme como ayer. Al cuarto día llegaron las luces del otro extremo del cuento y ninguna indicaba que esto terminaría bien, dormía queriendo dormir y mientras todos cerraban las ventanas yo me quedaba sin respirar, hundía el dolor de cabeza en mis manos y creía sentir el olor de tu cuello cuando despertaba, para luego reconocer que como antes, y como siempre, yo estaré esperando demasiado de ti y tu estarás allí sintiéndote inepto, pero dejándote llevar por la situación. Es como antes, sabes ¿no? cuando pertenecía al mundo de los frágiles (cuesta respirar) y entre tardes discutíamos porque yo era demasiado dramática, te manipulaba, y jugaba con todo eso que tanto aproveche de ti: tu tiempo. Se supone que para el día que pase mis dedos por tu sonrisa mientras una lagrima caía de tu mejilla (tan suave, tan nívea) tu ibas a proponerte un cambio, pero me parece tan ilógico el miedo hacia éste, si es lo mejor que pudo pasarnos en la vida, al menos a mi...

Y resulta que si, sé que me culparas por tantas cosas, principalmente por ser la única que reconoce tus errores y quizás luego, por darle a todos a leer eso que sabes que yo sé que quiero que lean, como que soy la culpable de todo y que tu solo diste lo mejor de ti, o que no te extraño porque vivo en un mar de ilusiones, o que probablemente nunca te escribí y nunca lo leyeron, o peor aun, nunca existió, tu sabes,.. que aun te gusta ella ¿tu les dijiste? lo de las caderas, lo de las canciones, lo de su sonrisa en la tuya, lo de que creíste que yo estaba en los ojos de él cuando el no me miraba como tu lo hacías, cuando estaba a merced de la monotonía (sabes que le temo a la rutina) y dejaste que el simple hecho de adaptarme a dejar la desidia se convirtiera en motivo para apartarte de mi lado, para de nuevo dejar de respirar, consecuencia de la terrible nube negra de dolor que siempre tiende a invadirte, que te hace pensar que todo a tu alrededor ha sido hecho y modificado consecutivamente con el único fin de aniquilarte, y no es así, no lo será... hacer que tu sol toque mi luna mientras extraño tus estrellas, nuestras estrellas, a  ti...

Y caeré en ellas, como cuando me mirabas y era imposible no pensar en amar, y así estaré, oliendo sus cuellos, lamiendo sus orejas, recordándole lo hermosas que son en la mañana cuando llegan escuchando All my friends are pretty y no puedo, no puedo evitar enamorarme de ese color... porque yo soy así, me enamoro tantas veces (como tu) y miento muchísimas mas (como tu) y sigo, respiro, dejo de respirar... 

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