Demasiado joven

Nos fuimos del lugar a eso de las 12, sus manos estaban frías y la manera en que me miraba, como desconcertado; le dije: ''fue como en cámara lenta''


Estábamos aun en la parte de la historia en que todo esta muy tenso, en que las piernas no se sostienen solas y la mano en la cadera resulta ser el detalle mas importante. Pensaba en la desesperación del día en que me dijeron que estabas con la del pelo negro, la que se llamaba como las hadas que contaban las horas, las del cuento de los astros y el montón de cosas absurdas, algo como ''El veintidós''. Ella iba detrás de ti, mirando al suelo, como cuidando de no pisar las minas (recuerdo que les decías así) y tu ibas sonriendo, como si minutos atrás se fuesen estado riendo de cualquier banalidad o evento trivial al cual poca importancia le dieron, como si tuvieran toda su vida queriéndose así, a risas, a pasos lentos, a miradas perdidas. 
Sus manos trazaban mis lineas, y mientras las mujeres que descuidan sus piernas se quedaban dormidas en medio del pasado, yo estaba pensando que no era como la otra vez, con la pared de vidrio en medio, que ya no tenia las manos rotas, las ganas secas, el corazón como presionado. Ese día pareció ser el día en que conocí el cielo, iba vestida de crema, con retazos de flores en mi cabello, y tu estabas entre la multitud llamándome, gritándome por teléfono, pidiéndome estar allá, allá donde no quiero estar, donde el aire es de plástico y quema, quema como el miedo de perder lo que nunca se tuvo. Todo fluyo bajo la tensión de lo sexual, las conversaciones sobre el inicio del cómo, el proceso del dónde, y la sensación del cuándo (es que detesto tener que esperar) todo se condenso en un sutil ''cierra la puerta'' en un tono gris que cubría las complicaciones y de pronto no era yo, yo, yo, la menuda morena de las ojeras, la del ''me acuerdo de todo'' y la del ''yo no haría eso'' (me dejare de esas malas costumbres) era la del sábado en la noche, la del rencor en grandes reservas, la del dos mil doce, aquella de pelo corto que solía decir que el amor era como el ''rigor mortis'' era esa, de la que tanto quería huir; pero tu la hiciste volver, si, tu, luego de las mañanas invadidas de gritos, las tardes confusas de peleas, las puestas del sol en que lamentaba haberte buscado y las noches contigo pidiéndome disculpas pero echándomelas al mismo tiempo, pensando en mis adentros que aun sangraba y no te culpaba de haberme herido. Sin embargo no todo era de esa manera, luego construiste la muralla, la enorme pared de vidrio templado, la sentencia, la enorme defensa que quedo allí, entre ambos, y que solo ocultaba la parte de ti que hace horas dijiste que no podías mencionarla (porque no hallaba el mejor momento) 
No me importa si vuelvo a cometer el error de ser fuego artificial sobre una ciudad vacía, un lugar de donde me desterraron, si vuelvo a pasar horas ocultando las nubes grises con los dedos y tu te quedas de pie allí, en el mismo lugar del cielo, y yo con ese vestido crema, como si acabara de salir de mi burbuja y cantara canciones de esas que me encantan. 


Corrimos como locos, como si se fuera a acabar... 

    You've got a way to keep me on your side, you give me cause for love that I can't hide 

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