Declive.

Que le hayas dicho que sí mientras todavia pensabas en eso, que nunca te hayas despedido de la ilusion optica que te mantuvo distraido durante horas esa mañana, que me digas que son demasiado defectos, que yo verdaderamente ya estoy cansada. Tus reflejos me enferman, el recuerdo de tu pesado cabello bailando en tus hombros, dejando vestigios de un momento que para ti fue tan importante pero que yo nunca consideré, tus mentiras, la hipocrecia y el pasado, son elementos que conforman un circulo de orgullo, de demasiado orgullo, que resulta impenetrable; las noches viendo cómo despedazan corazones, llevandose consigo pedazos de historia que probablemente yo me siente a recordar y tu, tu continues diciendo que yo soy quien deberia considerarte mas, tu dolor, tu carga, a ellos, gritandote todo el tiempo, llevandose tus alegrias, tus esperanzas, lo poco que has (¿hemos?) logrado recuperar. Hablando de eso, casualidades, como aquel dia cuando me conociste, pasando a mi lado, diciendo tantas tonterias, siendo tan egoista; tu no pudiste haberme conocido. Y me culpas por extrañarle, extrañarle demasiado, compararle contigo, decirte que probablemente si supo como hacerme... para tomarme de la mano, llevarme a respirar un aire mas limpio, tomar una bocanada y recordar todas las preocupaciones, las situaciones que debo organizar, las decisiones que tengo que tomar; demasiado espacio, demasiado tiempo.
Volver a darme cuenta lo mucho que cambió, que ya no es doce que lo superé; soy fuerte, no tan tonta como el otro mes, orgullosa, y quizas pienso demasiado qué haré cuando te vayas mientras el infierno me sigue abriendo las puertas, porque si te dijera todo lo que pienso ya no tendria motivo para aguantar un poco mas. Resolver el problema es fundamental, decirles a la cara cuantas veces desenvainaron sus espadas y arrementieron contra mi, contra ti, gritarles sus traiciones, dejar de explicar las nuestras porque... porque... nada de esto tiene mucho sentido, y mientras ellos se queman, se consumen, nosotros podriamos salir de aqui, ir a donde estuvimos hace unas semanas y organizar los dias por colores, besarnos mientras pasan a nuestro lado y recuerdan a alquien mas, mientras nos buscan en sus  recuerdos, nos destierran de su circulo social, para pasar a hacernos mas fuertes, sin tantas espectativas, capaces de saber qué queremos, cómo hacerlo, y en qué convertir la satisfaccion, para adquirir un poco de eso que a ellos tanto les sobra: tiempo.
Una vez que esté a nuestro favor, deberiamos explicarles por qué una vez decidimos irnos y dejarles solo con la costumbre chorreandose en sus manos... que malo es acostumbrarse, a la pocision de sus piernas en las mañanas, al olor que solo hallas alli, a la textura de su piel, su voz diciendote que deberias considerarle, que deberias pensar en el daño que le causaste, el dolor en sus pestañas, las lagrimas de sus ojos y los sonidos que ahora tiende a hacer por extrañarte, como limpiar su garganta cada vez que te habla, los vidrios cayendo al suelo, reposando en tus pies, en mis pies, sabiendo que estamos solos, como si no pertenecieramos a este lugar, ni siquiera a lo que nos pertenece, y por ende ni siquiera (ni en mil años) a nosotros mismos. 

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