Quisiera agarrarte con mis dos manos y estrangularte podría llevarte de un lado a otro mientras recitas poesía te jalo por un pie y te tumbo del sofá te arrastro y suavemente te dejo en la esquina debajo de la mesa desde donde extiendes tus brazos y me pides estar allí. Peter, Peter de sirenas, Peter canvas, el ciclo, el karma mis mujeres te quieren y tu las quieres, quieres a todos, en tu corazón hay muchos brazos que quieren apretar, sostener y no soltar, quieren calor. Conocí a Peter después del doce, entre octubre y noviembre, lo veía ir de aquí para allá, sonreía satisfecho, hacia chistes buenos y era tranquilo, cantaba entre las paginas de los libros, se molestaba y lanzaba puños al aire, pateaba mesas y paredes, se convertía en un monstruo rojo y colosal que hacia temblar la tierra tras cada paso. En diciembre cuando hablamos, fuegos artificiales, Segunda Guerra Mundial, Jane Austen y música clásica, sus rabietas disminuían, yo perdía la cobertura de plástico
De zdzislaw Beksinski Soy los restos de un transeúnte que divagaba por la maleza de un campo baldío, debajo de la multitud que flota, sumida en mi incoherencia, turbulenta. Fantástica, victima y justiciera de mi camino. Imperativa, alzo la voz y las niñas obedecen, bosques tras praderas, trópico de cítricos; con sus manos arrancan frutas y las recolectan en pocillos de cerámica, manzanas y peras, albaricoques y duraznos. Coral, Coralillo y Concha de Piña entre uvas y frambuesas; muerte áspera, mansa. He decidido suicidarme. Como si fuera un evento cualquiera, decisión de viernes en la tarde que deja a un par de cuerpos refugiados por la lluvia, queriéndose demasiado. El libre albedrío de tomarse un par de minutos, sereno y calmado, optar por la opción menos convencional, la llamada cobarde y de puesto fijo en el segundo giro del séptimo circulo, picoteado por arpías durante toda la eternidad. Resulta paradójico, en el acordeón de la historia fijar una opinión certera, aser
Pocas eran las veces en que salia con mis padres, en que los tres juntos íbamos a caminar o a simplemente ser una familia que frecuente lugares mas bonitos que los pasillos de una triste casa. Ese día salimos de una entrevista muy importante en el lugar donde mi madre trabaja, de allí nos fuimos a un centro comercial dirigiéndonos a la feria, donde mis padres comieron, y yo pregunte por el baño. Era extremadamente tarde y las pocas tiendas abiertas ya estaban cerrando, encontré el baño luego de pasar por distintos locales donde chicos con caras de cansancio me rogaban con la mirada que no entrara allí; lo encontré y rápidamente entre. Me vi en el espejo por un rato, sosteniendo mi cabello con un fino moño sujetado por un lazo rosado y elegante; entre al baño y me senté en el inodoro; comencé a pensar sobre cosas, a meditar sobre terremotos y desastres naturales mientras estas en el baño, y cuando estoy lista para salir... se apaga la luz; estoy a gusto con la oscuridad así que no re
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