¿Y en un futuro qué?

Quisiera ser como ella. Quisiera ser tan alta, tan lisa y blanca, quisiera ser tan delicada y hermosa, tan delgada y pura, así como las mañanas de los días en que todo estaba bien. Quisiera tener sus ojos, ellos reflejan lo bello de su aura por medio de ese tono tan peculiar al mar. Quisiera tener su cabello, para como ella, pintarlo de los colores del universo. Quisiera tener su edad, para ser capaz de esparcir mi belleza al mundo sin depender de un regreso a las 5 de la tarde. ¡Demonios! Si fuera ella me atrevería a ser feliz con el hecho de salir desarreglada y robarme toda la atención, si soy fuerte sere perfecta, nada mejor que una mujer hermosa y capaz de analizar las cosas con madurez y seguridad; ella puede ser la portadora de mil problemas, ¡que importa mija! manda todo a la mierda y disfruta de tu belleza mientras dure.
Si yo fuera ella me atrevería a sonreír sin preocupaciones, a caminar en la calle con miedo a que me secuestren por ser tan perfecta, ¡oh maldita perra estafadora de belleza!, ¿por qué tienes que ser tan tú?, ¿por qué tengo que ser tan yo?, ¿por qué mierdas no somos iguales? (aquí empiezan a nacer mis preguntas idiotas). Todos deberíamos nacer parecidos físicamente  así se dejaría a un lado la preocupación por el físico  ¿te imaginas? Un mundo donde todas tengamos la misma cantidad de tetas, ¡Nada más perfecto!, en este mundo las que sufrimos del “Síndrome de Peter Pan” en  los senos, simplemente somos denigradas ¿lo imaginas?, el mismo tamaño de trasero, de altura, y peso; nada de gordas y flacas; ¡ya basta de flacas sintiéndose gordas y gordas sintiéndose gordas!, es hora de igualdad de masa (sarcasmo). Mi mundo maravilloso seria un reinado de pelirrojas con ojos azules, pecas y una voz como la de Aurora, seguido de una inteligencia que marque diferencia entre todas, que las critiquen por lo que hacen y no por lo que son, ¡pues serian iguales!, quizás  un país de morenas con cabello negro bien rizado, de ese que no tienes que peinarlo para que se vea bien, y de esas que portan los ojos verdes tal cual aceituna en mi hallaca de Navidad.
Pero si, quisiera ser ella; despertar un día y tener todo lo que ella físicamente posee, ¿lo imaginas?... Inténtalo, visualiza a aquella mujer que siempre ha sido la perfecta definición de belleza, y pon sus atributos en ti. ¡Qué enferma estoy!, pero en este mundo de enfermos ya poco importa mi enfermedad. Todo radica en que ella es una diosa, y su belleza se basa en algo... Posesión.  ¡Exacto Sarah!, llegaste a la parte en que tus nefastos deseos, tu poca confianza, y tu asco por ti misma te han hecho analizar que la belleza no lo es todo y que esto no se trata de físico, sino de posesión. Ella es perfecta, porque es bella, ¿sabes porque es bella? Porque mas allá de sus perfectas facciones, y su modelado cuerpo, te posee a ti.  “Ti” vendría siendo ese “El” que yo siendo Yo no puede poseer, aunque no se trata de mi, se trata de ella, ¿Quién querría una pequeña bola de canela enredada en la chicha de su vida?,  no poseo estilo, no poseo esa sazón, mucho menos esa capacidad para abandonar tan fácilmente, no soy fuerte, y no poseo la belleza de muchas para hacer sentir bien a su predilecto amado, no soy de esas a las que ves y todo por dentro se derrumba, con la idea de que su belleza seria inalcanzable por el hecho de que es tuya y de nadie más. De esas a las que llevas de la mano para anunciar al mundo que es de tu propiedad, de esas que en medio de risas sientes que la deseas más que a nada, de esas a las que su olor se queda impregnado en tu ropa y no quieres quitártela, de esas que saben dejar huella y con el paso del tiempo es difícil olvidarlas, de esas a las que miras y quieres besarlas, ¡exacto!, de esas no soy. Desperdicie mi tiempo atascada en el ayer, deseando una oportunidad para repetir el día en que el mundo cayó bajo mis pies, hoy en día vivo añorando mi futuro y ¿en mi futuro qué?