J. C.
Nos conocimos en una fiesta, el día ese cuando tu no quisiste quedarte conmigo; recuerdo muy bien que él estaba de malas con la morena, si, si, la del nombre raro que empieza por C, algo como Celina, Cecilia, Cerina, algo así; yo estaba un poco cansada porque pensar en ti tiende a agotar mis pocas reservas de paciencia, y porque sucede que, pienso en ti todo el tiempo. Mas que ir por las chicas, o quizás por el amargo sabor del vodka, creo que fui porque Luisa me invito, ella nunca ha faltado a mis reuniones; yo te dije que ella solía sentirse muy bien con mi compañía, espero recuerdes eso. Me quede hasta tarde limpiando la mesa, detesto las manchas circulares que deja el café, y el olor de alcohol desparramado como si del cielo cayera. Estoy muy segura que él y Celina, Cecilia, Cerina, (una de esas) venían juntos en el tren, y creo que después de mi eventual dualidad (tremendo error) mis sentimientos quedaron un poco apaciguados; sin embargo, sentí pena por ella, estaba llorando,