Cuarenta y dos.
Para borrar: 4:00 am Suena el reloj -¡Despierta Sarah!- Grita mi hermana unas 3 veces hasta que al fin me levanto. Su actitud ante lo monótono de los días es una de las cosas que me logra motivar para asistir a la conferencia de pura mierda cada día, de cada día pura mierda. Mientras solo pienso en ir para luego largarme, ella piensa en qué aprenderá y cómo debe hacer para retenerlo; su entusiasmo por aprender es increíble. Voy en auto, la cola, las noticias de Gustavo Moron, mi mama hablando de política, mi padre secundando sus mociones, mi hermana hablando de la tibia y el peroné y yo dormida o viendo al suelo del carro. Llegamos y la falta de vejiga natatoria de mi mama se hace notar, aun estoy recostada en las piernas de mi hermana y voy pensando cosas como: soy una mierda en matemática, soy una mierda en física, soy una mierda en química, voy a raspar, ¡oh Dios! anoche no respondí los mensajes de Ameliz, ¡carajo! no tengo saldo -Ya vamos Sarah- dice mi mama 5 minutos antes de