Anda, adelante.
Pelearte es un pecado. Valdría la pena... tenerte es la gloria. ¡Anda! ¡Adelante! Subestima mi tiempo, mis emociones, mi armadura, el cambio que he creado en él. Esto podría ser perjudicial para tu tiempo. No ha sido suficiente la armonía que nos hemos profesado ya que aunado a eso, estas 40 semanas han parecido pocas. No es un hombre roto, yo lo estoy componiendo, lo estoy consumiendo, estoy marcando su vida. Ya en múltiples ocasiones se ha dado cuenta de mi posible real procedencia, de mi verdadera fisonomía y de por qué hay objetos que mágicamente desaparecen o se difuminan en su mente. No es lo que piensas, no eres suficiente, él jamas permitiría eso: dejarte ahogar en tus creencias, ya que pelearlo es pecado pero yo estoy en la gloria. Estamos en la gloria, él esta en la gloria. Sus gritos gritan placer, cuando solo quiere ver qué es. Sus lagrimas lloran dolor, cuando teme que yo no lo corresponda, cuando mis paredes se pudren y el cuarto se llena de polvo. Sus labios besan